Andrea llega a Barcelona para estudiar Letras. Sus ilusiones chocan, inmediatamente, con el ambiente de tensión y emociones violentas que reina en casa de su abuela. Andrea relata el contraste entre este sórdido microcosmos familiar —poblado de seres extraños y apasionantes— y la frágil cordialidad de sus relaciones universitarias, centradas en la bella y luminosa Ena. Finalmente, los dos mundos convergen en un diálogo dramático. Comparada por la crítica con Cumbres borrascosas, Nada destaca tanto por su prosa fresca y directa como por la extraordinaria sensibilidad en la recreación de una voz femenina. Cuando el libro acaba, el lector tiene la seguridad de poder encontrar, al volver la esquina, a una muchacha pálida y triste, con toda la fuerza de su juventud condensada en el mirar. Es Andrea, absorta, queriendo algo, sin saber qué. Como el resto de los protagonistas, ha nacido a la vida real por un prodigio de la creación artística.

 

Carmen Laforet

Carmen Laforet nació en Barcelona en 1921. A los dos años se trasladó con su familia a Canarias, viviendo en Las Palmas. Allí permaneció hasta los dieciocho años. A esa edad marcha a Barcelona, donde estudia en la Facultad de Filosofía y Letras. Obtiene con Nada el Premio Nadal en su primera convocatoria (1944) y se convierte en la revelación de la narrativa española de posguerra, abriendo nuevos horizontes a nuestra literatura. Aunque nunca dejó de escribir, en la década de 1970, aquejada de frecuentes depresiones y separada de su marido, Carmen Laforet se retira. Murió en Majadahonda en 2004.